El disco de jade chino, el muro de los
lamentos de Jerusalén y el globo
de fayenza de Indochina -en sus simbolismos materia en estado de
transfiguración, situación impotencia y esfera de la totalidad,
respectivamente- son algunas de las miles de entradas que recoge el
diccionario impreso y publicado en Argentina por Siruela.
La Babel de Bruegel el Viejo, camafeos del siglo II, laberintos victorianos, detalles de "El jardín de las delicias" de El Bosco, mapas renacentistas adornados con seres mitológicos o ideogramas de Oriente ilustran las más de 500 páginas de este volumen.
Se trata del "más completo diccionario de símbolos que existe en castellano, reeditado en el país con una tirada de tres mil ejemplares que forman parte de la colección «El árbol del paraíso»", indicó a Télam Marcelo González desde Grupal Distribuidora, encargada de su distribución a nivel local.
El interés de Cirlot por los símbolos, según indicó en el prólogo de 1958, se centra en "el enfrentamiento con la imagen poética y la intuición de que, detrás de la metáfora, hay algo más que una sustitución ornamental de la realidad"; en el contacto con las imágenes del "arte del presente" donde "el misterio es un componente casi continuo" y en la historia del arte.
El mundo simbólico es "el reino intermedio entre el de los conceptos y el de los cuerpos físicos", agregó este músico y crítico artístico que nació en Barcelona en 1916 y murió en la misma ciudad 57 años después, dejando el emblemático y aún referencial Diccionario de símbolos tradicionales, según el título original, del sello Luis Miracle.
"A riesgo de percibir en ocasiones lo mítico de la empresa", Cirlot consultó obras tan disímiles como los textos de Domino Philippo Picinello, pasando por tratados de psicología profunda y antropología moderna, a libros ocultistas y análisis sobre la alquimia de Carl Gustav Jung.
La investigación devolvió a Cirlot a la música, el arte y la poesía; lo vareó por la filosofía, la teología, la mística y las supersticiones y hagiogafría (vida de los santos); lo hizo consultar bestiarios y lapidarios, libros de alquimia, magia y astrología; así como bucear en el folclore, las tradiciones y las ciencias de los sueños y los colores.
Juan Eduardo Cirlot
De esta vastedad dan muestra el cuerno de la abundancia recuperado de un dibujo de Cesare Ripa (1602, Milán); y definiciones como: "El orden de la semana se relaciona con el de las siete direcciones del espacio, dos para cada una de las tres dimensiones más el centro, que, como medio invariable e imagen del motor inmóvil de Aristóteles, corresponde al día del descanso".
Este libro es, en resumen, "una compilación comparada de temas simbólicos", un impulso de Cirlot que según la responsable de su obra, su hija Victoria, "procedía de la necesidad de alcanzar 'un monismo intuitivo cósmico' frente al 'pluralismo descorazonador'".
http://www.telam.com.ar/notas/201409/78289-el-legendario-diccionario-de-simbolos-de-cirlot-se-reedita-en-el-pais.html
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