sábado, 5 de octubre de 2013

MELANIE KLEIN IX - GRUPO PSIQUE




Continuación Melanie Klein VIII

PSICOSIS ESQUIZOFRÉNICAS

Rescate apuntes y conferencias impartidas en la sede del grupo Psique (Madrid) 
en las décadas de los 70/80

Antes de entrar en la consideración de lo que Melanie Klein y su escuela aportan al conocimiento de la dinámica esquizofrénica vamos a repasar muy brevemente el criterio clínico que la psiquiatría mantiene ante las psicosis esquizofrénicas.

El concepto de esquizofrenia como entidad nosológica viene dado por la evolución, pues se considera como tal, los casos que presentando síntomas esquizofrénicos evolucionan hacia la demencia, mientras que el amplio grupo de psicosis esquizofrénicas no necesariamente implican una evolución tan nefasta.

Hoy y desde que Kraepelin a principios de siglo agrupó las distintas formas de enfermedad bajo la denominación de “Demencia Precoz”, se siguen considerando tres formas o cuadros clínicos característicos: la Hebefrénica, la Catatónica y la Paranoide.

La Hebefrénica, cuyo nombre derivase de Hebe, diosa griega de la juventud (también llamaron los griegos hebe al vello púbico), tiene como rasgos fundamentales su aparición en la adolescencia, con una entrada en escena generalmente taimada y solapada (a veces y en un primer momento solo se manifiestan trastornos escolares, retraimiento y quejas hiponcodríacas), sin embargo su evolución suele ser rápida, declinando el cuadro hacia un estado de retraimiento progresivo hasta alcanzar rápidamente, si el grado de regresión es masivo, un estado de decadencia demencial rápido.

Estos son los rasgos que permitieron a Kraepelin denominar a la afección “demencia precoz”. Pero, además, no pocas veces el joven se lanza hacia sistemas ideológicos grandiosos o chocantes por inconsistentes, como también se ocupa de extraños inventos (En este punto debe de radicar la opinión popular de que el joven era tan listo que terminó por volverse loco). Estos cuadros pueden tener también componentes catatónicos, siendo entonces la enfermedad catalogada como hebefreno-catatonía.

Podemos decir, por lo tanto, que la forma de una psicosis hebefrénica está presidida básicamente por trastornos de la afectividad y del pensamiento.

En la catatonía los fenómenos más aparentes son los de la psicomotilidad. Sus fenómenos mas llamativos son: pérdida de iniciativa motriz, cierto grado de tensión muscular o catalepsia, fenómenos paracinéticos como son: el amaneramiento, el patetismo, las estereotipias, las impulsiones. Los trastornos psíquicos tienen como fondo el estupor y el negativismo (el negativismo se manifiesta con toda clase de conductas que significan el rechazo del otro y del mundo real). En las psicosis catatónicas lo que predomina son las manifestaciones motoras.

Las formas paranoides se caracterizan por el delirio. Se trata de diversas clases de delirios sistematizados. Estos pueden desarrollarse a partir, bien de elementos falsos, bien de errores, a veces de ilusiones o alucinaciones, pero, en cualquier caso, polarizan las fuentes afectivas de los pacientes en el sentido de erigir una construcción delirante que ocupa una situación fundamental y preponderante en la vida del paciente. Estos delirios son lo suficientemente coherentes hasta el punto de poder llegar a ser convincentes (locura de pareja o colectiva). Según el tema de que se ocupen, estos delirios se han agrupado en diversas categorías:

  • Delirios de reivindicación querellantes. Persiguiendo, a veces hasta el crimen, su honor, su propiedad o sus derechos. Los inventores se suelen quejar de sus descubrimientos celosamente guardados y de los que han sido desposeídos o se encuentras continuamente en trance de serlo. Los idealistas apasionados, que en feroz lucha por la defensa de sus ideales mortifican a toda la sociedad.
  • Los Delirios Pasionales. Fundamentalmente se encuentran en este grupo los celotípicos y los erotomanos.
  • El Delirio Sensitivo de Relación descrito por Kretschmer, también se le llama Delirio de Referencia, donde encontramos que el sujeto psicótico se queja de que se ha convertido en centro de interés enojoso y humillante en torno a un acontecimiento, como puede ser un robo, una falta sexual, la expulsión de una comunidad, et.
  • Finalmente nos encontramos con el llamado Delirio de Interpretación o locura razonante, basado en la continua interpretación delirante con la cual infieren o deducen a partir de una percepción adecuada, toda una serie de concepto erróneos. Estos “interpretadores” se le puede considerar manifiestamente como enfermos de la intuición.

Desde que empezaron a observarse todos estos cuadros pudo comprobarse que no se trataba tanto de una demencia (por demencia se entiende el debilitamiento intelectual  global, progresivo e irreversible) como de una “disociación” de la vida psíquica, la cual pierde su unidad. Fue Bleuler, el psiquiatra suizo compañero de Jung, el que introdujo en psiquiatría la palabra esquizofrenia, con la cual, quería poner de relieve el hecho de que estos enfermos no son tanto dementes como afectos de un proceso de dislocación que desintegra su capacidad asociativa produciendo signos “primarios” de disociación, y son estos fenómenos primarios de disociación los que al alterar su pensamiento les sume en una vida “autística”, y es de este fondo autístico de donde surgen ideas y sentimientos que irrumpen en el mundo consciente provocando los síntomas “secundarios” que condicionan una conducta que de alguna manera se parece a la del sueño, sin relación sintónica con la realidad.

Así pues, para Bleuler el trastorno básico y primario de la esquizofrenia es la disociación (1911) y de paso os recuerdo que para M.K. lo que se encuentra de manera irredenta en la base de los mecanismo psicóticos esquizofrénicos es la escisión. En los casos nefastos donde el final progresivo de estas psicosis ha cursado sin remisiones espontáneas ni terapéuticas, consiste en una transformación progresiva y profunda de la persona, la cual, cesa de construir su mundo en comunicación con los demás para perderse en un pensamiento autístico, es decir en un caso imaginario.

Pero en este final de demencia y el camino que hasta él hay que recorrer, existen muchos puntos tanto en el origen como en el desarrollo, acerca de los cuales la Sra. Klein tiene algo que decir, siendo la psicología kleiniana la que en mi opinión nos pone en buen camino para entender la formación de la sintomatología psicótica así como su significado.

            Continuará…
Apuntes cedidos en su día por la Dra. Mª Luisa Herrero

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