Rescate apuntes y conferencias impartidas en la sede del grupo Psique (Madrid)
en las décadas de los 70/80
Datos biográficos. Técnica empleada. Desacuerdos con Ana Freud. Relación con la Sociedad Inglesa de Psicoanálisis.
Melanie
Reizes Klein, nació en Viena en el mes de Marzo de 1882. Su padre fue médico
judío y ella era la menor de cuatro hijos. A los 14 años había decidido
estudiar medicina, pero debido a que a los 17 años se comprometió con el
químico Arthur Klein, cambió
BUS planes contrayendo
matrimonio a los 21 años de edad.
Estudió, igual que Ana
Freud, magistario. Su matrimonio no fue feliz, por lo que en el año 1923 se
divorció. Tuvo tres hijos, Melitta, Hans y Eric.
El matrimonio Klein había
fijado su residencia en Budapest y allí leyó Melanie su primer libro de Freud,
quedando tan interesada por esa lectura que inició su tratamiento psicoanalítico
con Sandor Ferenczi. Habiendo trasladado su residencia a Ber1in después de su divorcio,
siguió el análisis iniciado con Ferenczi con K. Abraham que residía en Berlín.
Abraham murió en el año
1925 (absceso subfrénico. Como sabéis, había trabajado el problema de las
psicosis y no creo que sea tan solo una casualidad el hecho de que esta mujer,
con vocaci6n de médico, frustrada en estas aspiraciones, pero analizada por un
médico.
Muy interesada en las
psicosis, haya sido la que con sus intuiciones y observaciones, abriera el
camino teórico analítico, para un mejor conocimiento y posibilidades de
tratamiento de los enfermos psicóticos.
Murió a los 78 años, en
el año 1960, después de haber sido operada de una neoformaci6n y a consecuencia
de una embolia pulmonar.
Después de la muerte de
Abraham, en el año 26, invitada por E. Jones se trasladó a Londres donde
fijó definitivamente su residencia.
Realmente es notable su
contribución al psicoanálisis y su acento, al igual que habían hecho otros
disidentes como Jung y Rank, fue colocado en las relaciones primitivas del niño
con la madre. Sin embargo, a diferencia de estos, no tuvo necesidad de disidir.
Lo que hizo fue utilizar como base en su comprensión y exposición de los fenómenos
del desarrollo humano y también de los neuróticos y psicóticos, los últimos
conceptos freudianos acerca de los instintos.
Al partir de estos presupuestos y empezar a
observar muy de cerca al niño desde su nacimiento es indudable que se obtienen
otros resultados diferentes a los que había desarrollado Freud, quien había
partido de otra dualidad de instintos (conservaci6n y sexualidad) y en otro
tipo de personas(enfermos psíquicos adultos).
La obra de Melanie Klein
es un edificio bien trabado y creo, o por lo menos el único que conozco de esta
envergadura y que se cimenta sobre el Eros y el Tanatos. No se reconoció a sí
misma como disidente de Freud, sino como ampliadora de sus conceptos .La verdad
es que ha sido la única persona que los modificó notablemente a pesar de lo
cual permaneció dentro de la sociedad psicoanalítica.
Tuvo serias dificultades
con Ana Freud en y con la sociedad psicoanalítica de Londres.
La función materna no se
consideró de gran interés hasta la década del año 1920 y con este interés se
comprobó también la importancia de la comunicación preverbal. Debido al
planteamiento del interés por etapas tan precoces, no es de extrañar que fueran
los seguidores de Melanie Klein los primeros que empezaron a considerar la
necesidad, en algunos casos, de análisis hasta de 10 años de duración. A pesar
de su creatividad, no fue Melanie Klein buena expositora de sus ideas.
Veamos algunos de los
puntos que resultan cruciales en su labor. En primer lugar, es importante el
papel tan sobresaliente que juegan las fantasías inconscientes, de las cuales
ya hablaremos, pero que sin ellas no resulta posible todo el edificio
conceptual elaborado por M. K. y su escuela. Aunque han sido múltiples las
críticas dirigidas hacia estos aspectos, basadas fundamentalmente en la dificultad
para demostrar la existencia de tales fantasías, es indudable que con su
presencia se resuelve un hiato presente en las teorías
freudianas, como es el de contenido psíquico en los primeros meses de
existencia. Precursor suyo en este campo fue C. G. Jung, quien con su
descripción de los arquetipos y del inconsciente colectivo, ha sido el que ha
facilitado a los psicoanalistas la tarea de trabajar bajo el presupuesto de un
mundo psíquico poblado de “objetos internos”. Y ya, desde este punto de vista,
tenemos que considerar que la regresión que hasta entonces era considerada como
una señal de peligro, deja de serlo como tal para comprenderla como una
profundización en el análisis.
También han sido los
kleinianos los que han puesto de manifiesto hasta qué punto el desarrollo
normal de cualquier individuo va vinculado a etapas psicóticas. Siendo estos
procesos, por lo demás tan llamativos, modificaciones en la intensidad e
interacción de tendencias presentes en todo desarrollo considerado como normal.
Desde este punto de vista el psicótico deja de ser ininteligible, como afirmó
la psiquiatría clásica, para convertirse el enfermo que ciertamente es de muy
difícil comprensión, pero esto es posible.
Otro fenómeno
interesante de esta escuela se encuentra en la aceptación que hace y el uso que
hace de los componentes instintivos de muerte. Al aceptar la teoría de los
instintos que propone Freud a partir del año 1920, basa su teoría y por
consiguiente su práctica, sobre la dualidad de los instintos de vida e instintos
de muerte. Ello le permitió poner de relieve en un primer plano el componente
de odio y agresividad existente en el ser humano. Hasta tal punto fue así, que
cuando Freud elaboró su concepto de agresión tuvo en cuenta la obra de Klein,
considerando como muy aceptable la idea de que el superyo del niño puede estar
muy afectado por sus propias fantasías agresivas proyectadas. En realidad la
posición de Freud frente a Melanie Klein fue la misma que mantuvo ante otras
desviaciónes, considerarlas “ininteligibles” y así como en otros casos se había
vivido atacado personalmente, esta vez consideró que el ataque iba dirigido
hacia su hija Ana. Sin embargo, debido a diversas circunstancias, fue la
primera vez que el psicoanálisis fue capaz de mantener una desviación semejante
dentro del movimiento.
Podemos decir que toda
la teoría freudiana sufrió una intensa revulsión, y hasta tal punto es así, que
cuentan algunos emigrados psicoanalistas de la Europa central que cuando se
pusieron en contacto con la sociedad inglesa, no podían entender el léxico que
allí se utilizaba.
M. K. Se van
desarrollando ideas que requieren nuevas expresiones. Surgen nuevos conceptos,
como son: la precocísima aparición del complejo de Edipo; la existencia de un
yo desde los primeros momentos de la vida; el nacimiento del susperyó no como
reemplazador del complejo de Edipo, sino como ya presente en los primeros
fenómenos de introyección; el origen de la ansiedad como percepción del
instinto de muerte, en vez de, como opinaba Freud, en el estancamiento de la
libido; el importantísimo papel que juega el yo en la elaboración de los
símbolos, cuando a de elaborar el duelo por el objeto perdido, etc.
También fue la que
señaló la importancia que para el desarrollo de los hombres tiene la envidia
hacia las mamas (envidia primaria), sin dejar por ello el miedo a la
castración.
Ya en el año 1921 había
publicado su primer artículo "El desarrollo del niño". Muy
prontamente comprendió que el niño expresa sus fantasías, sus deseos y
experiencias de un modo simbólico por medio de juguetes y juegos y que cuando
juega utiliza los mismos medios de expresión, arcaicos y filogenéticos que nos
es familiar a través de los sueños. Por lo que llevó a la consideración de que
la técnica más adecuada para los niños es la de interpretar los juegos como si
de un sueño se tratara, eliminando, al igual que con la técnica de adultos,
cualquier tendencia educativa que distraiga la atención del terapeuta infantil,
de su verdadera misión que es la de interpretación y sólo daba por terminado un
análisis, cuando el niño, tenga la edad que tenga, haya podido utilizar dentro
del análisis su más amplia capacidad de hablar.
Por lo tanto, se ha de
comprender adecuadamente el simbolismo, lo cual quiere decir, que además de saber
el significado de cada símbolo por separado, al mismo tiempo ha de tener muy en
cuenta los mecanismos y formas de representación usados, sin perder nunca de
vista la relación de cada factor con la situación total. Pues, un simple
juguete puede tener diversos significados, los cuales hemos de ir comprendiendo
en el transcurso del juego, como también hemos de llegar a comprender el por
qué del paso de un juego a otro (ansiedad, explicación) o el abandono de
determinados juegos etc.
El niño tiene más tendencia
a actuar que a hablar y por dos motivos fundamentales: el hablar le produce más
ansiedad, mientras que el juego se trata de una actuación más primitiva que la
palabra o el pensamiento. En la actividad del juego, el niño está operando la
forma de una conjunción de repetición, la descarga de fantasías de
masturbación, cuyo primer plano lo ocupa la representación de la escena
primaria.
Es opinión de M K. que
sólo después de haber analizado la escena primaria y las tendencias genitales
dentro de los primeros estadios de un análisis infantil, es cuando se puede
poner al descubierto las representaciones de sus experiencias y fantasías de
pregenitales. Es fácil de comprender que sólo después de haber elaborado su
preocupación inmediata que se refiere a las relaciones entre sus padres y a su
propia genitalidad, quede desbloqueado el camino que conduce a sus estratos más
profundos.
Ya sabréis que el
instrumental que utilizó M. K. fueron: muñecos y muñecas de manera, toda clase
de vehículos (carros, carruajes, automóviles, trenes, etc.), Diversos animales,
cubos de distintos tamaños, casas. También papel, lápices y tijeras.
Continuará…
Apuntes cedidos en su
día por la Dra. Mª Luisa Herrero