Hace nueve años que trabajo con la técnica junguiana de la
Caja de Arena o Sandplay y sigo sorprendiéndome cada vez que la utilizo. A
medida que me acerco a ella, me parece
más grande y profunda en su contenido, en lo que transmite a quien la hace y a
quien participa en silencio, no en vano es una herramienta para el abordaje de lo
inconsciente y sus manifestaciones e inferencias. De igual modo que nos sucede con lo inconsciente,
cada representación en la caja es única. Podemos abordar, bucear, explorar y su
visión nos permitirá abarcar un lenguaje
interior más rico y completo, con una comprensión plena de sentido que nos
permite avanzar en el conocimiento de la situación o problema, al tiempo que
puede generar el propio autoconocimiento.
Cada vez el misterio
que encierra en sus arenas y en sus figuras crece más construyendo nuevamente distintos espacios y
espejos, donde el ser y el símbolo se hacen presentes y vivos con sus procesos,
adquiriendo nuevas formas simbólicas de contenido, que producen el movimiento
psíquico o la visión de la imagen idónea, que nace justo en el momento que se
necesita, comunicándonos así al terapeuta y a lpaciente, que todo está en
movimiento y mostrando la quietud o inquietud del momento, señalando hacia dónde
mirar.
Todos los puntos de
energía pueden tener su lugar y estar representados en el arenero, los conflictos, las agrupaciones, las
defensas, los complejos, los arquetipos, las fuentes de fortaleza o las
funciones auxiliares del ser, símbolos sanadores y destructores de un ser que
es consciente e inconsciente a la vez,
que se deja fluir a través del juego, de la construcción y deconstrucción para devolver
el orden de nuevo hacia el lugar psíquico correspondiente a su Sí Mismo.
“Hacer Alma conlleva destruir Alma”, así lo decía Hillman y
así lo expresa también el Dr. Javier Castillo Colomer en su libro “El valor del
Sufrimiento”, en el apartado “El bendito impulso destructivo”, pag. 241: “….He
querido señalar como el impulso destructivo cumple su función en la forja de
nuestra alma. El problema aparece cuando no encuentra espacios imaginales (….)
donde exista la posibilidad de reflexionar acerca de su sentido”. Esta
herramienta junguiana y multimodal, por qué no,
nos ofrece esta posibilidad.
La relación con las distintas partes internas para su
posterior unificación es ineludible cuando es el Sí Mismo el que rige desde su
centro autorregulador, potenciando a través de la compensación la completud
psíquica del individuo.
Cuando no hay imágenes internas que mostrar, cuando no hay
simbolización, cuando no hay sueños y la imaginación está ausente, la caja de
arena se abre y posibilita la entrada a un mundo donde la potencialidad del
juego y la construcción, casi ritual, de la imagen va a favorecer que energías
bloqueadas, reprimidas e inconscientes, surjan de forma controlada dentro de un lugar
seguro buscando y recorriendo su camino para poder reencontrarse con su parte
más ausente, regalando así el espacio para este proceso de autorregulación
psíquica y su propia e íntima evolución,
extendiendo el cambio hacia lo relacional externo también.
Así es la manifestación de lo inconsciente en un lugar seguro,
es una ventana donde asomarse y participar de su movimiento. Dejarse inundar de
su comunicación tan necesaria para ambos participantes es la clave en esta
técnica. La función del analista consiste en observar, prestar los ojos
externos e internos a la configuración profunda que rompe y nace en la luz de
la arena. El analizado es el que actúa, el arquitecto que construye o destruye
el mundo que atraviesa su consciencia sin ser juzgado, sin culpa, sin peligro de ahogarse, porque en su relación
con lo inconsciente tan sólo hay contemplación de lo que acontece, él es
testigo en sí mismo, en un espacio que trae el tiempo para poder experimentar
la muerte y el renacimiento a través de un arte que no pertenece al que lo
hace.
Tanto para adultos como para niños, la caja de arena facilita
la expresión al no tener que dibujar, por lo que también en su aspecto más
lúdico y creativo, es una herramienta que “dibuja y sella” la atmósfera y la
memoria de los sueños y fantasías que pueden acontecer en la mente del
individuo, mostrando su visión en la dimensionalidad del espacio para quedarse
fijada en la consciencia.
Hagamos un ejercicio, coge papel y lápiz y dejemos que la
trama psíquica se apodere de nosotros, dejémonos inundar por la imagen
siguiente y contestemos las preguntas…..lo que nos venga….Todo está bien…
¿Qué sería lo que más te puede sorprender en esta escena? ¿Qué
símbolo te llama más la atención? ¿Qué crees que estarías experimentando en esta situación escénica? ¿Qué
figura elegirías ser en esta caja? ¿Qué evoca esta imagen en tu corazón? ¿Qué
valores está expresando esta simbología para ti? ¿Qué transformaciones está habiendo
en esta escena? ¿Qué tipo de resolución está manifestándose? ¿Qué dice esta
escena acerca de la situación que vives? ¿Y
delos vínculos que aparecen en ella? ¿Qué nos está señalando y qué nos
está enseñando?