(Una
mirada desde la Psicología Analítica de C. G. Jung)
El miércoles 21 de diciembre a las
11.44, hora peninsular, comienza el invierno astronómico. En primavera propuse ahondar
sobre mitología homenajeando la hercúlea
tarea de los ¡40 años de Ediciones de la Torre!, impulsora de esta revista.
Los mitos
son una respuesta colectiva en la búsqueda del sentido de la vida. En la
práctica clínica constatamos que su
ausencia es un factor determinante en la etiología de la neurosis; Jung llegó a
definirla como “el sufrimiento de un alma
que no ha descubierto su sentido”. Observando el arte contemporáneo,
reflejo del espíritu de nuestra época, comprendemos la gran disociación psíquica
actual, fiel fotografía del desgarro y desamparo del hombre moderno. Muchas
personas y cada vez más adolescentes, buscan respuesta en las drogas, por la
desazón, vacío interior y por una curiosidad espiritual insatisfecha.
Abordaré el
mito de Isis,
diosa del Antiguo Egipto, "fuerza fecundadora de la naturaleza",
"diosa de la maternidad y del nacimiento", "señora del año nuevo",
"reina de los dioses", sabia/maga que entrega el conocimiento alquímico a los humanos; hermana y mujer de
Osiris, el Benevolente-Soberano de la
Eternidad, que murió y resucito y aún muerto engendró a su hijo Horus. Antiquísimo
mito <4 .000="" a="" os=""> de recorrido, transformándose con los siglos, llegando completo a nuestra
cultura greco-romana por Plutarco; escritor griego (siglo segundo d.C.). Ilustra
el concepto de inconsciente colectivo definido por Jung como “poderosa masa psíquica heredada de la
evolución de la humanidad, renacida en cada estructura individual” y vemos
la transformación que en el espíritu del ser humano tiene la realidad de la
Naturaleza/Madre como Diosa. En nuestra cultura el arquetipo equivalente sería
la Virgen María.4>
Isis amamantando a Horus.
De
Nut, diosa del cielo, y Ged, dios de la tierra, nacieron dos parejas de hijos y
esposos Osiris/Isis, Seth/Nephthys. Osiris,
junto a su hermana y mujer, Isis, gobernaron enseñando al pueblo egipcio; crearon la
civilización. Seth, quiso suplantar a
Osiris y éste fue víctima de un taimado engaño por parte del hermano quien le
invitó a un banquete y le tendió una mortal trampa encerrándole vivo en un
sarcófago que arrojó al Nilo. Isis, rota de dolor,
comenzó la tenaz búsqueda del sarcófago que siguiendo el curso del agua arribó
a las playas de Biblos en Fenicia (Líbano). Un tamarisco/brezo creció cubriendo
la caja. El rey de Biblos ordenó talarlo para construir la columna central del palacio
donde esparcía su delicado perfume llegando este hecho a oídos de Isis. Intuyendo
el tesoro que contenía el árbol se dirigió a Biblos, rescató el cuerpo de
Osiris y lo escondió en un pantano. Set, cazando, lo encontró y descuartizó en
catorce trozos (días de la luna menguante), esparciéndolo por todo Egipto. Isis
con determinación, coraje y ayudada por
el discernimiento de Thoth y el
olfato de Anubis (dios chacal), reunió
los fragmentos de su esposo excepto el falo que había sido devorado por un pez.
Isis con trono en la cabeza y alas
extendidas.
Recompuso
el cuerpo gracias a su sabiduría, hizo un falo de arcilla (en unas versiones) o
se convirtió en milano (en otras) y aleteó sobre el cuerpo de Osiris
infundiéndole vida y vitalidad para concebir al divino hijo Horus quien vengó la muerte de su padre. Horus reinó de
forma pacífica sobre cielo y tierra, y, junto con Isis y Osiris fue adorado por
todo el territorio.
Osiris
venció la muerte gracias al amor y la tenacidad de Isis. Juntos, Isis/Osiris,
encarnan el alma universal del crecimiento. Él es la inundación del Nilo y ella
la tierra cubierta por las aguas, y de esta unión nace Horus (el alimento que
permite vivir). Así el proceso natural de regeneración ofrecía un símbolo de
renacimiento para la humanidad.
Isis,
el principio femenino de la naturaleza receptora, posee un amor innato y se
identifica con el bien al que desea y persigue. La procreación es la imagen del
Ser en la Materia.
El hombre
puede vivir las experiencias más terribles si éstas tienen un sentido para él.
El objetivo
de la individuación (plenitud de cada ser humano como único) no es el ser
perfecto sino el ser completo; con su luz/bondad y su sombra/maldad. Cuando
estos procesos inconscientes internos no les damos cauce impera “el silencio de la resignación, el hastío
con la religión, el nihilismo político y filosófico, el cinismo, la indiferencia,
el vacío espiritual, reacciones típicas del sufrimiento humano.
La individuación personal no está separada de la
individuación colectiva, puesto que el espíritu de la época se realiza en lo
individual” Jung como
médico observó cuánto afectaba a la psique la pérdida del mito.
Para quienes
el nacimiento del Niño Divino tenga pleno sentido: ¡Feliz Navidad!, para quienes
esté vacío de sentido tendrán que ¡alumbrar su mito personal!
Tumba de Tutmosis III: Isis con forma de
diosa árbol, amamantando al faraón.
Ceremonia isíaca en la Antigua Roma. Museo Arqueológico Nacional de
Nápoles.
Elisa Sanz Oleo. Médico Psicoterapeuta
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