Dibujo de Conchita Madueño Carrillo
Pierre Teilhard de Chardin
Recordatorio en el 60
aniversario de su muerte
El
Fenómeno Humano, obra escrita por el
jesuita, teólogo, filósofo y científico Pierre Teilhard de Chardín no pasó
desapercibida para Carl Gustav Jung. Unos meses antes de su fallecimiento,
cuando Miguel Serrano vino a hacerle una entrevista encontró el libro colocado
sobre una mesa pequeña cerca de su asiento. “¿Lo ha leído?”, le preguntó. “Es
un gran libro”, fue su respuesta. Esta breve anécdota está recogida en Encuentros
con Jung de William McGuire y R.F.C. Hull (Editorial Trotta, S. A. Madrid,
2000).
El
padre Teilhard murió en 1955, unos seis años antes de la muerte de Jung. No nos
consta ningún encuentro entre ambos pensadores, pero es de suponer que conocían
tanto la existencia como la obra el uno del otro. No es de extrañar que a Jung
le despertase curiosidad este religioso paleontólogo cuya extensa obra rebosaba
de neologismos (Noosfera -término aristotélico tomado por el químico
Vernadsky-, Dios Alfa, Psicogénesis, Punto Omega, etc.) y que pretendía aunar
lo religioso y la ciencia pese a la resistencia de algunos miembros relevantes
de la Iglesia. El personaje principal –David Telemond- en la película Las
sandalias del Pescador representa, al parecer, a De Chardin defendiendo sus
ideas evolucionistas
contrapuestas
al dogma católico de la creación. Joseph Ratzinger, en su libro La fristiana
ayer y hoy, reconoció su gran mérito al repensar la relación Cristo-Humanidad
a partir de la imagen del mundo actual.
Desde su punto de vista, en el
fondo de la materia existiría una ‘oscura y embrionaria forma de conciencia’.
La Cosmogénesis, afirmaba utilizando otro término teilhardiano, el cosmos en
evolución, no hace un recorrido arbitrario y sin objetivo sino que se encamina
hacia formas superiores de conciencia y finalmente hacia una única conciencia
absoluta.
Teilhard de Chardin nació en
una familia católica aristocrática francesa. Por su parte, Jung procedía de un
hogar de ascendencia alemana cuyo progenitor era pastor luterano de la Iglesia
Reformada Suiza, lo que podría explicar su interés por el misticismo y lo
religioso. Cada cual en su estilo, parecen coincidir en ciertos aspectos: ambos
fueron investigadores serios, apasionados e intuitivos, originales, rompedores
y comprometidos.
Como
autores prolíficos cuentan con una extensa obra. La de Jung consta de 20
volúmenes más Epistolario, Autobiografía, El Libro Rojo y Seminarios; la de
Teilhard de Chardin está contenida en una veintena de volúmenes, gran parte
póstumos, artículos variados y cartas de viaje ya que amaba Oriente y pasó unos
veintitrés años en aquellas tierras lejanas, particularmente en China. Si bien
Jung no pasó largas temporadas fuera de Europa recorrió otras culturas remotas
y arcaicas a través del estudio de su religión, sus ritos, su historia. Sin
embargo, al leer la obra de ambos no podemos por menos que ver ciertas
aproximaciones: la idea de Noosfera – el envolvimiento pensante humano que
recubre la Tierra por toda la actividad humana de los hombres nos recuerda
al inconsciente colectivo junguiano, o la Cosmogénesis, término citado más
arriba, evoca el proceso de individuación que tiene como objetivo final el
alcance del sí-mismo o totalidad del ser.
El 10 de abril se cumplió el
sesenta aniversario de la muerte del padre Pierre Teilhard de Chardín. Es de
justicia que este incansable investigador reciba un recordatorio antes de que
finalice el 2015 por sus innovadoras aportaciones a la espiritualidad, a la
ciencia y, en particular, por su abnegada dedicación en integrarlas.
Conchita Madueño Carrillo
15 Diciembre 2015
Recordatorio muy interesante
ResponderEliminarMuy amable por comentar. Gracias.
EliminarUn valioso artículo; dos gigantes de la comprensión de lo humano, y un acertado y merecido recordatorio. E.S.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar¡Gracias Elisa!Como siempre tus comentarios para mí son un gran estímulo.
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