jueves, 17 de diciembre de 2015

PIERRE TEILHARD DE CHARDIN - RECORDATORIO

Dibujo de Conchita Madueño Carrillo

Pierre Teilhard de Chardin
Recordatorio en el 60 aniversario de su muerte

El Fenómeno Humano, obra escrita por el jesuita, teólogo, filósofo y científico Pierre Teilhard de Chardín no pasó desapercibida para Carl Gustav Jung. Unos meses antes de su fallecimiento, cuando Miguel Serrano vino a hacerle una entrevista encontró el libro colocado sobre una mesa pequeña cerca de su asiento. “¿Lo ha leído?”, le preguntó. “Es un gran libro”, fue su respuesta. Esta breve anécdota está recogida en Encuentros con Jung de William McGuire y R.F.C. Hull (Editorial Trotta, S. A. Madrid, 2000).

El padre Teilhard murió en 1955, unos seis años antes de la muerte de Jung. No nos consta ningún encuentro entre ambos pensadores, pero es de suponer que conocían tanto la existencia como la obra el uno del otro. No es de extrañar que a Jung le despertase curiosidad este religioso paleontólogo cuya extensa obra rebosaba de neologismos (Noosfera -término aristotélico tomado por el químico Vernadsky-, Dios Alfa, Psicogénesis, Punto Omega, etc.) y que pretendía aunar lo religioso y la ciencia pese a la resistencia de algunos miembros relevantes de la Iglesia. El personaje principal –David Telemond- en la película Las sandalias del Pescador representa, al parecer, a De Chardin defendiendo sus ideas evolucionistas
contrapuestas al dogma católico de la creación. Joseph Ratzinger, en su libro La fristiana ayer y hoy, reconoció su gran mérito al repensar la relación Cristo-Humanidad a partir de la imagen del mundo actual. 

Desde su punto de vista, en el fondo de la materia existiría una ‘oscura y embrionaria forma de conciencia’. La Cosmogénesis, afirmaba utilizando otro término teilhardiano, el cosmos en evolución, no hace un recorrido arbitrario y sin objetivo sino que se encamina hacia formas superiores de conciencia y finalmente hacia una única conciencia absoluta.

Teilhard de Chardin nació en una familia católica aristocrática francesa. Por su parte, Jung procedía de un hogar de ascendencia alemana cuyo progenitor era pastor luterano de la Iglesia Reformada Suiza, lo que podría explicar su interés por el misticismo y lo religioso. Cada cual en su estilo, parecen coincidir en ciertos aspectos: ambos fueron investigadores serios, apasionados e intuitivos, originales, rompedores y comprometidos.

Como autores prolíficos cuentan con una extensa obra. La de Jung consta de 20 volúmenes más Epistolario, Autobiografía, El Libro Rojo y Seminarios; la de Teilhard de Chardin está contenida en una veintena de volúmenes, gran parte póstumos, artículos variados y cartas de viaje ya que amaba Oriente y pasó unos veintitrés años en aquellas tierras lejanas, particularmente en China. Si bien Jung no pasó largas temporadas fuera de Europa recorrió otras culturas remotas y arcaicas a través del estudio de su religión, sus ritos, su historia. Sin embargo, al leer la obra de ambos no podemos por menos que ver ciertas aproximaciones: la idea de Noosfera – el envolvimiento pensante humano que recubre la Tierra por toda la actividad humana de los hombres nos recuerda al inconsciente colectivo junguiano, o la Cosmogénesis, término citado más arriba, evoca el proceso de individuación que tiene como objetivo final el alcance del sí-mismo o totalidad del ser.

El 10 de abril se cumplió el sesenta aniversario de la muerte del padre Pierre Teilhard de Chardín. Es de justicia que este incansable investigador reciba un recordatorio antes de que finalice el 2015 por sus innovadoras aportaciones a la espiritualidad, a la ciencia y, en particular, por su abnegada dedicación en integrarlas.
 
Conchita Madueño Carrillo
15 Diciembre 2015

5 comentarios:

  1. Recordatorio muy interesante

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  2. Un valioso artículo; dos gigantes de la comprensión de lo humano, y un acertado y merecido recordatorio. E.S.

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. ¡Gracias Elisa!Como siempre tus comentarios para mí son un gran estímulo.

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