Cuando vivía en Budapest me interesé por el psicoanálisis. Recuerdo que
el primer libro de Freud que leí era un pequeño opúsculo sobre los
sueños y al leerlo me percaté de que era eso lo que andaba buscando, al
menos en aquellos años, cuando me empeñaba en encontrar lo que pudiera
satisfacerme tanto intelectual como emocionalmente. Inicié mi análisis
con Ferenczi, que era el analista húngaro más destacado, y él ánimo
mucho mi proyecto de dedicarme al análisis, en particular al análisis de
niños, para el cual, me dijo, tenía yo un talento particular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario