POSICIÓN Y OBJETO EN LA OBRA DE MELANIE KLEIN
WILLY BERENGER (Bône, 1922-Buenos
Aires, 1994). En 1946 el Ministerio de Relaciones Exteriores
de Francia lo envió a Buenos Aires, como profesor del
Instituto Francés de Estudios Superiores. Ese mismo año
Willy y su esposa Madeleine, profesora de letras clásicas,
se integraron a la recientemente fundada Asociación
Psicoanalítica Argentina (A.P.A). Su formación filosófica
y humanista ejerció en él una particular manera de pensar
el psicoanálisis, preservándolo de los riesgos del enfoque
genético, económico y objetivante.
Baranger es un maestro
también en sus textos. Si cada autor está implícito en su
obra, si el estilo supone íntegramente el ser, él invita a
su interlocutor imaginario a un diálogo fecundo para pensar
y repensar la teoría y la técnica psicoanalíticas. Un
texto de Baranger obliga al lector a enzarzarse con él en un
cuidadoso y singular cuerpo a cuerpo. Sus textos, rigurosos y
medulosos, tienen el efecto de generar en el lector el
surgimiento de un desafío trófico que lo entusiasma para
adentrarse en ellos, similar a la aventura que suscita el
ingreso a una ciudad desconocida para internarse, extraviarse
en sus vericuetos y rastrear su elusivo camino en un
incesante proceso de reconstrucción. Claro, se abren paso
con lentitud. Se dejan leer con una incertidumbre creadora,
que deja crecer y desarrollarse orgánicamente en el lector
con una mínima intervención del autor-maestro. Jean Genet
solía dictaminar sobre la escritura de su tiempo: "Si
se conoce de antemano el punto de partida y el de llegada no
puede hablarse de empresa literaria, sino de trayectoria de
autobús". La lectura rigurosa de otros autores, que con
criterio clínico desarrolla y sus aportes cuestionadores e
innovadores mantienen al lector en la posición de la
sorprendente aventura del descubrimiento psicoanalítico y
operan como una garantía del no cierre a un pensamiento
cristalizado. Pero un texto de Willy no se contenta con una
simple lectura. Sino que requiere de un ejercicio particular:
la relectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario